En su mirada
aún laten recuerdos
que el corazón
no ha podido olvidar.
Recuerdos tuyos,
de tu eterna sonrisa,
de ese amor puro,
de un adiós a destiempo.
Recuerdos vivos
de otro tiempo mejor,
cuando este llanto
no le había inundado
el corazón
con su fría tristeza,
con estas lágrimas
que desgarraron su alma,
que maldijeron
a demonios y dioses,
que sin voz gritan,
pidiendo mil respuestas
que no llegaron,
y que ahora la salvan
de este naufragio,
porque te sabe eterna