en nuestra mano está aceptarlo
o rebelarnos con alevosía,
como la hierba que brota en el asfalto.
Y mis dedos se aferran a los tuyos,
sin encontrar la paz que trae el fracaso,
sino incertidumbre y esperanza,
los sueños que no creen en el ocaso,
la utopía que firme avanza.
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