Allí estaban,
tan jóvenes y enamorados,
sentados en aquel
banco del parque,
con la mirada de quien
se siente dueño del mundo,
derrochando besos y caricias.
Y yo aquí,
tan de vuelta de la vida,
conteniéndome
para no hacerles un spoiler,
regalándoles unos meses
de felicidad.
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